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Autoestima: Los cuatro pilares fundamentales

La autoestima a veces se asocia al egoísmo, pero no tiene nada que ver. El ego es egolatría: que me amo; egocentrismo: que todo gira a mi alrededor; y egoísmo: que todo lo quiero para mí. Pero la autoestima no es eso.


Hay cuatro pilares básicos de la autoestima, que se pueden desarrollar y enseñar.


El primer pilar es el autoconcepto.


¿Qué es el autoconcepto?. El autoconcepto es, si te aceptas o no como persona. Es decir, que no te lastimes a ti mismo. Y que te trates bien.  Eso parece una fábula, pero no lo es, porque cuando las investigaciones empiezan a demostrar que en las personas depresivas, claro, hay mucha autocastigo interior, como así también en las personas que no sufren depresión. Entonces siempre tenemos una estructura de autocastigo, de autoexigencia, que va más allá de lo aceptable.


 Cuando tienes una autoexigencia muy alta se generan los sentimientos de inseguridad, porque tu yo ideal va a estar por allá, bien arriba, y tu yo real va a está por aquí, y esa diferencia con el tiempo se hará difícil de manejar.


 No tratarse mal es no ponerse rótulos, es no autocriticarse despiadadamente, es no tener el beneficio de la duda, es lo que los budistas hablan de autocompasión, pero no de lástima, sino así como hay una empatía y compasión externa, también hay que cuidarse. 


El cuidado de uno mismo y el cuidado de sí, no solamente es lavarse los dientes y comer bien, es también no lastimarse. Eso es fundamental para que los niños aprendan, y sepan que se tiene que tratar con amor.


 No se debe permitir ni aceptar, por principios, la autodestrucción del yo. ¿Por qué van a aceptar eso? Claro que hay padres que lo impulsan. Hay padres, que cuando sus hijos sacan notas como ocho o nueve, siempre dicen: "¿Y por qué no un 10?". Imagínense el esfuerzo de un niño, y la autoexigencia que conlleva.


Es por eso que el niño tiene que aprender a autoelogiarse, a auto reforzarse: "Lo hice bien". "Ah no, eso es mucha condescendencia". No, eso es lo normal. El autoconcepto, eso es un pilar, y eso se forma.  


Así como la educación  es importante para el niño porque le brinda conocimiento, y les enseñan a compartir y cómo relacionarse con los demás. También lo es la formación personal; los valores, lo que vale la pena, lo que importa para uno, y eso se aprende de la casa.


El segundo pilar: la autoimagen, es qué tanto te gustas o no te gustas. La belleza es una actitud. Si tú te sientes agradable, eso es lo que transmites. Cuando no te gustas, hay algo que está funcionando mal, ya sea por los cánones de belleza que impone la sociedad, o porque en la misma familia la belleza puede ser un valor.Y la belleza no es un valor.


Entonces, quererse a uno mismo es resaltar lo que a uno le gusta y entender esto: que a uno no lo valida las personas, uno se valida así mismo. Porque si crees que quien te da valor es una persona de acuerdo a lo que te dice, estás expuesto. El último juez de tu propia conducta eres tú mismo. 


Cualquier persona es bella si se siente bella. Y las investigaciones muestran que los que se sienten bellos conquistan más fácil que los que no se sienten bellos, aunque sean más bellos.


El tercer pilar es, el autorreforzamiento, es que yo me dé gustos. ¿Qué es el autorrefuerzo? El autoelogio. "Me gusto", "Lo hice bien". La autofelicitación, ¿de acuerdo? Esto no es alimentar el ego ni el narcisismo. No se vuelve narcisista el que quiere, sino el que puede. Y para que suceda eso hay que tener algunas variables muy complicadas. 


Por último, y no menos importante, el cuarto pilar es la autoeficacia. La autoeficacia es qué tanta confianza tienes en ti mismo. Si tienes confianza en ti mismo, si crees en ti como persona, si crees que tienes la habilidad y las competencias necesarias para poder enfrentar una situación y persistir en esa situación. 


Lo que hay que enseñarles a los niños, no es a no darse por vencidos, sino a intentarlo hasta el final. Es que el éxito no es ganar, es intentarlo. El éxito no es tener plata, sino, es disfrutar de lo que uno hace.La persona con autoeficacia persevera un poco más.


El valiente no es aquella persona que no le teme a nada, ni a nadie. El valiente es aquel que enfrenta el miedo, y aunque le tiemblen las piernas, el cuerpo y el alma, lo enfrenta igual.


Hay una frase célebre de un autor conocido que dice: "La diferencia entre el valiente y el que tiene miedo, es que el valiente aguanta el miedo cinco minutos más". Entonces, hay que enseñar a los niños a que tener confianza en ellos es ponerse a prueba, no es ponerle velas al sufrimiento, sino es la cultura del esfuerzo. Entonces, que entiendan que las cosas no llegan fácil.


Un mensaje muy importante que habría que decirle a todos los niños y niñas, es que no importa las veces que te caigas y te tumben, sino es las veces que te levantes, y te vuelvas a levantar.

Author: Walter Riso

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