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¿Cómo ayudar a mi familiar con Trastorno Límite de la Personalidad?

Lo primero que tenemos que hacer, para ayudar a un familiar con diagnóstico de trastorno límite de personalidad, es algo que llamamos psicoeducación. Esto tiene que ver con varias partes, pero la primera, es estar familiarizados con este diagnóstico. El diagnóstico de TLP solamente lo puede dar un médico psiquiatra. Se le denomina trastorno; no es una enfermedad o síndrome, porque en una enfermedad existe un patógeno, algo que está originando esta enfermedad. Sin embargo, en el trastorno límite de personalidad, esto no existe. No hay una entidad patógena, algo que esté originando esta serie de síntomas.

Aquí solamente voy a comentar de esta forma: el TLP es un patrón de comportamiento de inestabilidad emocional, donde los estados de ánimo negativos están fluctuando rápidamente en la persona. Esto la lleva a incluso tener situaciones como autolesiones, a situaciones de mucha tristeza pero también de mucha ira y agresividad en general. A esta persona la podemos describir con este patrón de comportamiento, inestabilidad tanto emocional como en su propia identidad, lo que la lleva a no poder conservar relaciones o trabajos estables.

El tratamiento que existe es de dos tipos: una terapia farmacológica que tiene que estar prescrita por el médico psiquiatra, y también un tratamiento psicológico que se le denomina terapia dialéctica conductual. Está enfocada, y diseñada específicamente para personas que poseen este diagnóstico.

El segundo consejo es ofrecer o brindar acompañamiento a mi familiar que tiene TLP. Este acompañamiento lo podemos ofrecer de varias maneras, pero una de las más importantes es, sobre todo, es estar pendiente de los tratamientos; a que la persona esté acudiendo a sus terapias y que esté tomando el medicamento que ha sido prescrito por el médico psiquiatra de manera adecuada. Estos dos elementos ya poseen, en sí mismos, un valor terapéutico muy importante. Muchas veces, la persona con TLP va a preferir abandonar los tratamientos o desligarse de las terapias, y entonces es aquí cuando el familiar toma un rol muy importante, porque funcionará como consejero y como aliado también de las terapias, apoyando al paciente a que acuda a sus tratamientos. Los tratamientos muchas veces están enfocados en metas acerca del ciclo vital, y es importante que yo, como familiar, también esté consciente de cuáles son las metas de la persona que vive a mi alrededor y que tiene este diagnóstico, porque entonces yo también puedo funcionar como un apoyo y dirigir y guiar hacia la conclusión de este tipo de metas.

Otro de los aspectos que yo puedo hacer para brindar este acompañamiento como familiar es promover la funcionalidad y la independencia. ¿Qué quiere decir esto? Lo más importante es que la persona con TLP se incorpore a una vida de manera cotidiana, tratando de mantener un puesto de trabajo o relaciones estables a su alrededor. ¿Cómo lo puedo promover yo como familiar? Bueno, pues no quitándole las responsabilidades que le tocan solamente porque existe un diagnóstico, sino estando ahí apoyando para que estas funcionalidades, estas actividades de la vida diaria, se estén realizando de la forma más efectiva posible. Por ejemplo, si a la persona le está costando mantener una actividad laboral o mantener una relación estable, pues yo puedo brindar también apoyo para que buscar, adecuar esas actividades laborales, y que se realicen de la mejor manera posible. No quitarle la responsabilidad a la persona solamente porque existe un diagnóstico. Si yo evito que la persona tenga una vida lo más independiente posible, entonces también le estoy quitando, digamos, ese objetivo del tratamiento.

El tercer consejo es la aceptación. Darme cuenta de que hay cosas que no van a cambiar en la persona o en mi familiar con TLP. ¿Qué cosas no van a cambiar? Bueno, por más tratamientos y por más terapias que esa persona reciba, muy probablemente siempre esté actuando entre estos estados negativos del estado de ánimo. Puede ser que, eventualmente se desenganche un poco más rápido de ellos, sin embargo, siempre va a ser una persona que esté teniendo estos arranques emocionales. Existen terapias y tratamientos, por supuesto, y lo ideal va a ser que esos patrones cada vez aparezcan menos. Sin embargo, esto no quiere decir que la persona simplemente va a dejar de sentir esas emociones de manera tan intensa. Lo más grave es que aprenda que puede dejar que esas emociones se sientan y no actuar en consecuencia de ello. Pero esto de ninguna manera significa que la persona va a dejar de sentir o va a dejar de estar teniendo pensamientos muy negativos. El evitar los pensamientos negativos tampoco es una situación que verdaderamente sea el objetivo de la terapia, sino que la persona aprenda que, a pesar de estos pensamientos negativos, cada vez puede hacerles menos caso y desengancharse un poco más rápido de estos pensamientos automáticos, para que no dominen la forma en la que se está comportando.

Algo más que puede hacer es no luchar con esta persona que tiene TLP. No luchar significa que, cuando esta persona reaccione de esta forma negativa con estos estados de ánimo muy exacerbados, es no hacerle frente. Cuando yo lucho con una persona que está en una situación de esta naturaleza, lo más probable es que únicamente hagamos mucho más grande la situación, y difícilmente esa lucha va a llevar a que se solucionen los problemas. Más bien, no luchar, es lo que nos va a permitir generar un cambio más adaptativo para la persona y para su ambiente.

Asimismo, no obsesionarme tan rápido con los cambios. Si una persona comienza recientemente un tratamiento, es muy probable que no se observen cambios inmediatamente. Sin embargo, si yo me obsesiono nada más con esto, si yo nada más estoy buscando que la persona deje de actuar o deje de comportarse de la forma en la que lo estaba haciendo, y ese es el único objetivo que yo deseo que tenga mi familiar, entonces puedo llevarme mucha frustración o mucha decepción, porque los cambios son graduales.

Aceptación de la persona, significa que le permito estar dentro de mi vida tanto con sus aciertos, y sus virtudes como con sus errores y sus defectos. Y que si los síntomas de esta enfermedad le están afectando, también reconocer que son cosas que no están bajo su control, que está haciendo lo posible por empezar a manejarlos mejor. Pero si yo me obsesiono con que ya no quiero que esto aparezca, entonces difícilmente podemos estar haciendo o hablando acerca de la aceptación.

Cuando yo no me permito aceptar a la otra persona aún con sus defectos, aún con la presencia de estos síntomas, significa que yo le estoy condicionando a que yo solamente pueda aceptar en mi vida personas que se comportan de la manera en la que a mí me gusta. Y si ese es mi ideal de la aceptación, entonces incluso te puedo decir que no nos aceptamos ni a nosotros mismos, porque nosotros también tenemos estas fallas y estos desaciertos.

Eventualmente, el cuarto consejo que te doy para ayudar a familiar o conocido con TLP es validar sus emociones: como vemos que esta persona está reaccionando de manera exacerbada, pensamos que no se vale sentirse de esa forma. Es decir, para nosotros y para nuestra perspectiva de la vida, la forma en la que esta persona está viviendo es equivocada y que no puede experimentar así las emociones: mira, todas las personas experimentamos y percibimos las emociones de una manera distinta.

Las personas con TLP sí es cierto que pueden ser estados de ánimo quizá más exacerbados de lo que estamos acostumbrados la mayoría de las personas, pero muchas veces eso no quiere decir que esto en sí mismo es patológico. Es una forma diferente de expresar estas emociones, por supuesto, pero no significa que no tenga derecho esa persona a vivir esas experiencias emocionales.

Y si nosotros se lo reprochamos, le decimos que siempre está exagerando, que es un drama, que no puede estar sintiéndose así, o que deje de pensar esas cosas, lo único que hacemos es negarle su derecho a actuar como una persona.

Te puedo decir que uno de los principales pasos para validar la emoción de la otra persona, tanto sus emociones como sus pensamientos, es realizar escucha activa. ¨¿Qué quiere decir esto? Que cuando la persona empieza a expresarnos los estados emocionales, los pensamientos que vienen a su mente, por más irracionales que desde mi punto de vista puedan ser o por más exacerbados o exagerados, permitirme simplemente escuchar. Escuchar sin criticarla, sin juzgar a la persona. Realizar la escucha activa significa darle ese tiempo a la persona para que me diga todo lo que necesite decirme acerca de ese tema, porque es importante para él o para ella y saber exactamente lo que está pasando.

A veces, cuando nosotros empezamos a hacer escucha activa, permitimos a la persona que exprese todas estas ideas, es decir, con el solo hecho de que le permitamos a una persona que se exprese, ya está poniendo una distancia entre esas emociones, esos pensamientos, lo que le va a permitir observar esos pensamientos, observar esas emociones tal y como son, y eso es parte de la terapia dialéctica conductual.

¿Cómo puedo comunicarme yo con la persona que tiene TLP? No se trata de que solamente lo que esa persona piensa o dice es válido. Una forma de comunicarnos de manera asertiva con la persona es, por ejemplo, si consideramos que la forma que está actuando contra nosotros no es la adecuada, o sea, que está actuando de una manera en la que yo no me siento bien, entonces de esta forma, podemos señalarle. Podemos hacerle énfasis en esa conducta, y tratar de que esa persona la vea. Por ejemplo, si la persona me está hablando en un tono de voz demasiado elevado y yo me estoy empezando a sentir intimidado, puedo hacerle el señalamiento. Algo así como: 'observa, observa cómo me estás hablando, observa cómo te estás dirigiendo a mí'.

Al empezar a hacer énfasis en esa conducta es importante porque le permitimos a esa persona que también se empiece a observar a sí misma. Y si esta persona está en una terapia, pues esto le va a ayudar. Es muy importante siempre hacer énfasis en las acciones y en los momentos. No tomar generalizaciones. ¿Qué quiero decir? Que, por ejemplo, no voy a referirme a esta persona como exagerada, como dramática, como siempre es lo mismo contigo, sino hablar de las situaciones en específico, de las situaciones en particular que están ocurriendo en ese o que recientemente ocurrieron.

Por ejemplo, si esta persona actuó de una manera que nos puso en riesgo, que se puso en riesgo a sí misma, entonces se trata de hablar en específico de esa acción. No tratar de generalizar sobre el tema de la asertividad.

El último consejo es acerca de evitar riesgos. Las personas con TLP pueden llevar a cabo acciones que pongan en riesgo su vida o la vida de las personas que están a su alrededor. El aceptarlas, y el estar apoyándolas no significa que yo pueda permitir que esta persona se ponga en riesgo a sí misma, a mí o a las personas de la comunidad. Yo tengo que tener esta capacidad de evitar riesgos.

Existen dos formas: la primera es siempre estar alerta de las conductas de riesgo. ¿Cuáles son las conductas de riesgo? Pues, por ejemplo, si esta persona es tendiente a autolesionarse, estar en un ambiente donde podamos estar observando esto, o nosotros ya tomemos alguna medida en casa que pueda ser muy práctica para que esto no esté ocurriendo. Esto es simplemente puede ser en el acompañamiento, puede ser simplemente en el estar presente o en el estar acompañando a la persona: evitar el abuso de sustancias, por ejemplo, el exceso de alcohol puede ser un tema importante, porque este es un desinhibidor, y puede llevar a que la persona, o sea, que cometa acciones que pueden ser irresponsables y ponerse en riesgo.

Sin embargo, es importante que, a pesar de todas las acciones que yo lleve a cabo para evitar que esta persona se ponga en riesgo, el otro punto es que pueda tener un plan de contingencia. ¿Qué voy a hacer si sucede una emergencia? ¿A quién le voy a hablar? ¿A qué hospital nos vamos a dirigir? Todo este plan lo tenemos que armar en familia, y quizá incluso con la persona que vamos a hacer el día que ocurra una crisis. ¿A dónde nos vamos a dirigir?, ¿Con quién te vamos a llevar?. Este tipo de planes quizá nunca los usemos, pero es mejor tenerlo y no usarlo, que necesitarlo y no tenerlo.

Author: Christian Núñez

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