Una primera cosa a destacar es que trastorno obsesivo de la personalidad, y trastorno obsesivo compulsivo no tienen absolutamente nada que ver. Una persona puede tener un trastorno obsesivo compulsivo y tener o no tener una personalidad de tipo obsesivo, y al revés, una personalidad puede tener un trastorno de personalidad tipo obsesivo. Quizá podríamos decir que es un poco más fácil llegar a tener un trastorno obsesivo-compulsivo si una persona tiene una personalidad obsesiva, pero para nada podemos decir que esta asociación sea demasiado clara.
Otro aspecto a recordar, en primer lugar, es que cuando hablamos de personalidad nos estamos refiriendo, en psiquiatría y psicología, a un hecho que nos sucede: cómo piensa espontáneamente nuestra cabeza, en qué dirección interpreta las cosas y a partir de ahí, de qué forma actúa. Dicha forma de pensar, de interpretar las cosas que suceden a su alrededor, y a partir de ahí, qué conducta adoptamos. Cuando hablamos de personalidad en psiquiatría, hacemos referencia a este concepto cuando la forma de valorar, de interpretar las cosas o de actuar es muy alejada de lo que se lleva en la población. Podemos llegar a hablar de un trastorno de personalidad si esa diferencia entre nuestra forma de pensar, de interpretar y de actuar es suficientemente diferenciada en el resto de la población, llegando a darnos problemas de adaptación en la sociedad en la que vivimos.
A partir del centro propiamente que es un trastorno de personalidad tipo obsesivo, voy a decir algunas ideas, algunos hechos clave para entender qué quiere decir esto de trastorno de personalidad anal castigo obsesivo.
Lo primero de todo, el aspecto probablemente más característico que define mejor al trastorno de personalidad tipo obsesivo es la enorme necesidad de tener todo perfectamente controlado. Controlado en cuanto a que no haya sorpresas. No deseo propiamente demandar, sino deseo de evitar sustos innecesarios. Es decir, la idea es autocontrol total. Cuanto más orden haya, cuanto más rigidez, en fin, no cambios inesperados, mucho más tranquilo estará el individuo con un trastorno de personalidad tipo obsesivo. Tiene un gran miedo a que algo salga como no estaba pensado. Prefiere evitar al máximo, por tanto, la improvisación. Prefiere condicionar todo a lo conocido. Prefiere evitar, ante todo, sorpresas. Control llevado a un extremo.
Otro aspecto que se deriva del anterior es una preocupación enorme por los detalles, por las normas, por los horarios, por la organización. Nuevamente, no es que quiera mandar, es que si todo está muy bien organizado, si todo está medido al milímetro, con todo detalle, va a ser menos probable que tengamos un resultado sorprendente, que es lo que más teme el individuo con un trastorno de personalidad tipo obsesivo.
Tener en cuenta que casi siempre que una persona busca el control máximo de las cosas, llega casi siempre a la conclusión de que un aspecto clave en su vida es el ámbito laboral. Llega a la conclusión casi siempre de que hay que tener a tope controlado el ámbito laboral y que es muy buen trabajador, cumplir al máximo con la empresa, por ejemplo, o con el proyecto en el que esté enmarcado. Nuevamente, la idea no es ser el mejor, la idea no es mandar, la idea es que no haya sorpresas y, por tanto, que el trabajo salga bien. Por tanto, que la economía vaya bien. Y que, por tanto, un aspecto clave para el control, que es la autonomía económica, va a ser un aspecto clave de su vida. Autocontrol, por lo tanto, autonomía económica, por lo tanto, autoexigencia laboral. Ni en broma va a permitir que haya sorpresas en el trabajo. Porque una sorpresa en el trabajo comportaría, por ejemplo, pérdida de autoaprecio, facilitaría un aumento en el riesgo de la autonomía económica. Y la autonomía económica es clave para crear una situación controlada en la vida del individuo. Cuidado, van a volcarse en el trabajo. No porque quieran ser los mejores, no quieren premios, no quieren salir en la televisión. No, lo que quieren es que no haya sorpresas, por ejemplo, en el tema económico.
Lamentablemente, cuando uno se focaliza en el trabajo, casi siempre otro aspecto que mucha gente considera clave en la vida, como es la vida social, como es la vida familiar, quedará en un segundo plano. La familia nunca dirá: "Es que mi esposa, mi esposo, o los padres no dirán que mi padre o mi madre, que es a la que estamos haciendo referencia en el trastorno obsesivo, nos tiene abandonados económicamente." No, lo que es posible que digan es que se olvida de que a lo mejor no todo es trabajar, traer el dinero a casa, sino que a lo mejor la afectividad también es un aspecto clave en un familiar. Eso es lo que la gente le echa en cara, que se ha volcado en el trabajo y que se ha olvidado de que a lo mejor la familia, en vez de necesitar tanta autonomía económica, lo que desearía es un poco más de afecto.
Dentro de su rigidez, tendrá montado que lo primero es el trabajo y cuando la familia le pida aspectos afectivos, nosotros le costará mucho entender a ese individuo. Creo que me decís: "Estoy volcado en que tengáis todo lo que queráis económicamente hablando", y sin embargo, no caerá, aunque a lo mejor otras cabezas, si es el hombre o la mujer, le recriminará un aspecto emocional afectivo que probablemente al paciente le costará entender.
Aquí injusto de solucionar: "Estoy volcado en que tengáis todo, no os conformáis o no los valoráis, sobre pedís más". Casi siempre la persona con un trastorno de personalidad tipo obsesivo, dentro de su esquema normativo, es muy terco en todo lo que sean temas éticos, temas morales o de valores. No estoy seguro de si es una característica innata o si justamente es una consecuencia de la necesidad de orden. Claro, orden. Si hay leyes, se cumplen, con las normas sociales va a haber más sensación de control y, por tanto, quizá no es que a la persona obsesiva le encanten las normas impuestas de los demás, la ética y tal. No, que a lo mejor es una forma indirecta de conseguir esa estabilidad, ese orden, es evitar sorpresas a nivel social, a nivel familiar.
Otro aspecto a destacar, insisto, es todo alrededor de lo mismo: suelen ser personas muy obstinadas, cuesta mucho que den su brazo a torcer. No es que se crean los mejores, probablemente la idea es que, como han sido tan autoexigentes consigo mismos, han comprobado que su forma de hacer las cosas, objetivamente hablando, afectivamente objetivamente, les ha dado buenos resultados. Como que necesitan evitar que haya sorpresas, y su forma de hacer las cosas les ha dado un buen resultado, lucharán a tope porque se hagan las cosas como ellos quieren;esto es, porque hagan los demás las cosas como ellos conocen, como ellos proponen, porque eso les produce una enorme, enorme tranquilidad. Si va por su vía, por su camino, con su forma de hacer, nada está con está tranquilo, porque ya sabe que va a salir correctamente, porque ya lo ha probado. Si delega en otra opción que le ofrece otra persona, si no persiste en la obstinación por hacer las cosas como él conoce, se está arriesgando a algo nuevo, a algo que no conoce. Como eso le da mucho miedo, será muy insistente. Insisto, no es que crea que solo él puede servir en las cosas, es que está convencidísimo de que a él le salen de una forma correcta, será obstinado.
Más o menos en la misma línea de la obstinación, tenemos que será muy reacio, le costará bastante delegar en otros. Es decir, preferirá hacer un trabajo durante 40 horas seguidas a repartirlo entre cuatro personas y hacer diez horas cada uno. Aportará porque si lo hacen, aunque sean 40 horas, aunque le sea muy duro, él sabe que lo va a hacer, él sabe que va a cumplir, cuando él se queda tranquilo. Si él coge el trabajo, porque sabe que todo acabará saliendo de forma correcta. Si ha de dividir el trabajo en cuatro partes y que cada individuo haga una parte, no puede estar seguro de cómo lo van a hacer los demás. No es que diga que los demás no lo van a hacer bien, es que no sabe cómo lo van a hacer. Esa incerteza respecto a si estará todo controlado al final y todo estará bien hecho, pues le produce tal incomodidad que incluso prefiere quedarse él con toda la carga de trabajo, por tanto, no delegar en otras personas, sino quedarse con todo. Insisto, no es que desconfíe, pero prefiere confiar mucho en él, que confiar en los que desconoce si puede confiar o no.
Un último aspecto que quería comentar es que casi seguro una persona con un trastorno de personalidad tipo obsesivo tendrá la idea de no malgastar dinero. Será muy precavido con el dinero. Le podrán decir que es un tacaño, aunque es un tacaño. Realmente no es así. Probablemente, tendrá un esquema muy claro de cuánto dinero tiene que tener en el banco por si en algún momento viene en problemas, que no haya sorpresas y que él no se quede sin dinero. Es decir, problemas que va a ser súper precavido. Pero siendo precavido, ha decidido en su esquema que tiene que tener 6 euros en el banco, y los tiene, a partir de ahí, probablemente, no querrá utilizar el dinero restante. Pero si ha decidido tener 6 euros hasta que no tenga 6, no va a lo extraordinario, no va a malgastar dinero. Malgastar, en cuanto a que él va a opinar que lo clave es que siempre haya una bolsa de trabajo, por si le hiciera falta. Es decir, se le podrá decir a la gente, podrá pensar que es un tacaño, una garra o no, él de lo que dirá es que no es que quiera almacenar y almacenar y ser más rico, no. Lo que quiero es no tener nunca sorpresas en el futuro. Quiero tener autonomía de todos los tipos, por ejemplo, de tipo económico.
Este sería el resumen de qué es un trastorno de personalidad tipo obsesivo. Yo diría que, al final, estos individuos, si se les juzga rápido es malo, porque son personas de ideas bastante claras, o como con dificultad para acceder si no tienen claro, en general, bastante rectos en cuanto a normas, dificultad para tolerar cambios, dificultad para si comparto un criterio o no. Y todo eso al final puede comportar que el individuo esté muy serio al hablar, que sea un poco seco, que sea muy dirigido a conseguir objetivos determinados y eso muchas veces en esta sociedad, donde es bastante más flexible, pues puede ocasionar tensiones y tener la impresión de que esta persona es chula o que solo piensa en él, etcétera. Cuando lo que está pensando es que no haya sorpresas.
