Mi hijo no quiere hacer sus tareas escolares. Mi hijo no
quiere cumplir con sus responsabilidades del hogar. Mi hijo hace berrinche
cuando le pido que cumpla con lo que le corresponde. Es importante que le
enseñe a mi hijo a ser responsable. Sí, además de ser importante, es necesario,
ya que la responsabilidad genera muchos beneficios en los niños. Entre ellos,
tenemos los siguientes: estimula su autoestima, le ayuda a adquirir buenos
hábitos, fomenta la empatía, estimula su aprendizaje, ejercita su capacidad de
concentración y, obviamente, estimula su sentido de la responsabilidad, entre
otros.
Si deseas saber cómo inculcar en tus niños el hábito de la
responsabilidad, quédate, que a continuación te brindaré estrategias sencillas
de aplicar, pero muy efectivas. Así que ponte cómoda, ponte cómodo y presta
mucha atención, que te aseguro que la información de hoy te será de mucha
utilidad.
Antes de continuar, no olvides que, si deseas ayuda
profesional al respecto, sobre cómo criar hijos emocionalmente inteligentes y
lograr corregir sus conductas en corto tiempo, logrando a la vez fortalecer los
lazos con él, escríbenos, contáctanos. Tenemos el servicio que se ajusta más a
tus necesidades. Para que tengas una mejor comprensión del tema de hoy, quiero
empezar explicándote de manera breve y simplificada cómo aprende el cerebro de
tu niño, ya que esto te permitirá entender más rápido y mejor a tu hijo.
Todos nosotros aprendemos de la siguiente manera: cuando
efectuamos una conducta por primera vez, cualquiera que sea (hablar, pensar,
hacer, etcétera), estamos creando una nueva conexión cerebral en un área de
nuestro cerebro. Si repetimos esta misma conducta, generamos más conexiones
cerebrales en dicha área del cerebro, creando así un paquete de conexiones
cerebrales que sustentan nuestro aprendizaje.
Te voy a dar un ejemplo para que me entiendas mejor: el niño
que está aprendiendo a caminar está generando nuevas conexiones cerebrales, en
este caso, en las áreas cerebrales encargadas de la psicomotricidad. Como estas
nuevas conductas las está repitiendo frecuentemente, continuamente está
generando una buena cantidad de conexiones cerebrales en dichas áreas.
Estas conexiones son el sustento neuropsicológico que, en el
futuro, le permitirá al niño caminar con destreza. ¿Qué quiere decir esto? Que
el cerebro desarrolla nuevas capacidades, habilidades y destrezas cuando
aprende, y para aprender necesita experimentar. Y para experimentar, necesita
estar expuesto a ciertas circunstancias que favorezcan justamente dicha
experiencia.
Pero, Guillermo, ¿qué tiene que ver todo esto con enseñar a
un niño a ser responsable? Resulta que hay muchos padres que realizan las
responsabilidades que corresponden a sus hijos y que sus niños ya podrían hacer
por sí solos. Les cambian de ropa, les ponen sus zapatos, les dan de comer, les
hacen la tarea, etcétera. Al hacer esto, los padres les están evitando las
experiencias que necesitan sus hijos para aprender a realizar sus
responsabilidades por sí solos. Y como no aprenden, obviamente no desarrollarán
las habilidades, capacidades y destrezas necesarias para cumplirlas de manera
óptima.
Por lo tanto, en un futuro, estos niños necesitarán que sus
padres les sigan cambiando de ropa, les pongan sus zapatos, les den de comer, les
hagan la tarea, etcétera. Es decir, tendrán a un niño muy dependiente e
irresponsable. Y esto, debido a que sus padres no les permitieron tener las
experiencias necesarias que les hubieran permitido aprender a ser responsables.
Por lo tanto, si deseas un hijo responsable, la mejor manera
de lograr ese objetivo es brindándole responsabilidades, actividades que le
corresponda realizar a él y solo a él. Como podría ser guardar sus juguetes al
terminar de utilizarlos, poner su ropa sucia en el cesto de ropa sucia,
cepillarse sus dientes, etcétera. De esta manera, va a tener nuevas
experiencias que crearán nuevas conexiones neuronales, las cuales son el
sustento biológico de sus aprendizajes, los cuales a su vez le proveerán de
destrezas, capacidades y habilidades que le convertirán en un niño responsable
e independiente.
Y si te estás preguntando, ¿pero ¿cómo saber qué
responsabilidades mi niño pequeño ya estaría en condiciones de cumplir? Si bien
es cierto, no es fácil saber qué se le puede pedir o exigir a un niño, pero
teniendo en cuenta las distintas etapas de su desarrollo, podemos asignarle
ciertas responsabilidades que sí estará en condiciones de hacer sin mayor
problema. Presta mucha atención, que a continuación te daré una lista de
responsabilidades que podrías brindar a tu niño, tomando en cuenta su etapa de
desarrollo.
Estrategias para
inculcar responsabilidad en tu niño:
Enséñales cómo se hace: Antes de pedirle a tu hijo que
cumpla con alguna responsabilidad, es importante, indispensable diría yo, que
no solo le expliques cómo se hace, sino que le sirvas de modelo. Todas las
estrategias necesarias para asegurarte de que tu niño ya puede realizar con
destreza la responsabilidad que le estás asignando.
Asigna responsabilidades adecuadas a su edad: Teniendo en
cuenta las distintas etapas de desarrollo de tu niño, asigna responsabilidades
que estén acordes con sus habilidades y capacidades. No esperes que un niño de
dos años realice tareas complejas, pero sí puedes involucrarlo en actividades
sencillas.
Sé consistente y paciente: La enseñanza de la
responsabilidad es un proceso gradual. Sé consistente en asignar tareas y
paciente en permitir que tu hijo las realice por sí mismo. No intervengas
inmediatamente si ves que está teniendo dificultades; en lugar de eso, bríndale
apoyo y orientación.
Refuerza positivamente: Cuando tu hijo cumple con sus
responsabilidades de manera exitosa, refuérzalo positivamente. Puedes
elogiarlo, darle reconocimiento o incluso establecer un sistema de recompensas
que motive su comportamiento responsable.
Fomenta la independencia: A medida que tu hijo crece,
anímale a asumir más responsabilidades y a tomar decisiones por sí mismo.
Fomentar su independencia contribuirá a su desarrollo y a la construcción de su
sentido de responsabilidad.
Recuerda que cada niño es único, y el proceso de enseñarles
a ser responsables puede variar. Observa las señales de su desarrollo, adapta
las estrategias según sea necesario y celebra los logros, por pequeños que
sean. Inculcar la responsabilidad en tu hijo contribuirá no solo a su
desarrollo personal sino también al fortalecimiento del vínculo familiar.
Es decir, hasta que veas que lo haga a la perfección y sin
mayor problema, de esta manera evitarás que se sienta frustrado por no saber
cómo hacer lo que le pides.
Incorpora las tareas poco a poco. Ten presente lo siguiente:
los cambios radicales suelen encontrar mucha resistencia, pero los cambios
progresivos se hacen fáciles de llevar a cabo. No agobies a tu hijo dándole
varias responsabilidades de un momento a otro. Recuerda que aún es un niño y
que también necesita tener tiempo libre para jugar. Por tanto, dale
responsabilidades poco a poco y según su nivel de madurez.
Paciencia, paciencia y más paciencia. Por muy bien que tu
hijo haga la cama o se vista, es probable que no lo haga tan bien como tú, ya
sea porque no le presta la atención necesaria o porque aún no ha afinado las
habilidades que requiere esa tarea. En cualquier caso, es importante que no le
riñas en caso de que no haya hecho bien la tarea. En cambio, puedes enseñarle a
perfeccionarla después de haber reconocido su esfuerzo. Ten en cuenta que,
aunque no haya salido tan bien como esperabas, el pequeño ha dado lo mejor de
sí y, si le críticas, solo lograrás hacer que se sienta mal y dañar su
seguridad en sí mismo.
Utiliza el refuerzo positivo. Céntrate en premiar las cosas
que hace bien y en reconocer su esfuerzo y participación, aunque los resultados
no sean perfectos. Cuando tu niño está aprendiendo, va a cometer errores. Es
normal que rompa un vaso o que no haga la cama tan bien como tú. No le riñas;
ayúdale mostrándole cómo hacerlo mejor.
Adapta las responsabilidades a su edad o, mejor aún, a sus
capacidades. Requiere una serie de habilidades que los niños solo desarrollarán
a medida que crezcan. Cuando son muy pequeños, es probable que, con
supervisión, puedan recoger sus juguetes, pero que aún no sean capaces de
vestirse porque aún no han desarrollado del todo la coordinación motora fina.
Por tanto, si le pides a tu hijo que te ayude con una tarea para la que aún no
está preparado, es muy probable que termine frustrándose y perdiendo la
confianza en sí mismo. Para evitar que esto ocurra, es importante que las
tareas se ajusten a sus capacidades. Evita darle tareas demasiado difíciles, ya
que lo más probable es que se frustre y no lo haga. Pero tampoco le des tareas
demasiado fáciles, ya que con esto no aprenderán nada y no tendrán una
verdadera sensación de logro, lo cual suele ser muy beneficioso para su
autoestima y autoconfianza.