Cuando un conflicto no se atiende a tiempo, se transforma en
un problema. Y cuando un problema no se atiende y se ignora, se convierte en
una crisis de pareja. Nosotros no dejamos ni siquiera que el conflicto llegue a
problemas. Esa, que lo atendemos inmediatamente, es muy bueno darle rapidez a
solucionar ese problema. Ahora, que lo resolvamos rápidamente no quiere decir
que lo resolvamos de manera inmediata, porque también hay momentos en donde
decimos, no es ahora, y nos tomamos un tiempo para procesarlo y luego lo
hablamos. Yo creo que una de las claves es limpiar la emoción.
Date tu tiempo, analiza qué es del ego y en realidad, ¿por
qué te está surgiendo esa emoción? Es importante eso porque a veces estamos
frustrados, enojados, desilusionados, celosos y entonces, la emoción es mucho
más grande que nuestra capacidad de razonar la situación. Limpiar la emoción es
muy lindo porque es como a ver, ¿qué es lo que hay aquí? Es como cuando tú
tienes el jardín crecido, lleno de maleza, para poder ver qué es lo que tienes
que atacar, hay que limpiar primero el terreno para poder intervenir.
Cuando tú no tienes un panorama claro, intentas atacar un
montón de cosas y tal vez ahí no está la solución. Es como cómo identificar muy
bien el síntoma porque si tú dices, me duele todo, pues es que buscabas al
médico y te duele todo, empiezas a tomar un montón de tratamientos para todo y puede
que estás abarcando un montón de cosas que en realidad no son la causa del
conflicto. Y cuando no identificamos la emoción, yo creo que eso me pasa hoy,
tal vez a ti también, mejor en el pasado, es que comenzamos una discusión y si
no limpiamos la emoción primero, empezamos a sacar un montón de cosas del
pasado.
Es que tú y es casi quince días y lo que empezó por una
discusión de dinero terminó siendo una discusión por las familias, por los
hijos, empezamos como a traer un montón de cosas porque se combina un montón de
sucesos que nada tienen que ver con lo que en realidad ocasionó el conflicto.
Supongo que se están preguntando cómo limpiarla, cómo limpias tú tu emoción
mejor cuando está en conflicto tú y yo, como lo haces.
Primero, me calma de las relaciones pasadas se vienen como
rabia, déficit como ha sido siempre el bobo. Pues, me voy a dejar. Entonces,
ahí es cuando yo aterrizo la emoción y digo, no, a ver, ¿qué es en realidad lo
que me está doliendo a mí? Fue limpiando, como dice mi esposa, como cuando hay
una maleza y voy mirando, en realidad, qué es lo que me pasa con esa emoción y
la saco rápido. Y después, es un poquito más racional en ese aspecto.
Entonces, cuando eres está en presencia de la emoción,
analiza qué la está ocasionando. Yo no soy capaz, lo confieso, de llegar hasta
el punto de analizarla, pero primero, si la siento, me permito como sentirla.
Entonces, me voy a mi cuarto o me centro y me pregunto qué es lo que estoy
sintiendo y le pongo nombre. Entonces, bueno, es rabia, es miedo, porque a
veces es tan fuerte que uno identifica qué es. Y cuando ya tengo claro qué es
lo que estoy sintiendo, me permito sentirla. No trato de decir "yo no
debería sentirme así", o "yo soy psicóloga, entorno debería pensar
eso", o no la siento, no la rechazo, la acepto. Y después de que la
asiento, en el momento en el que digo "listo, tengo rabia o tengo miedo o
tengo lo que sea que está experimentar, te veo, te reconozco y te siento",
automáticamente ya es como si fuera un globo al que le dejamos salir el aire
que estaba a punto de estallar y que le dejo, yo misma, le suelto la válvula y
sale el aire. Entonces, la emoción se hace mucho más pequeña y en ese momento
puedo ver la situación con claridad.
Entonces, tal vez para resumir esta primera clave, cuando mi
esposo dice "limpiar la emoción", sería nunca actuar en presencia de
emociones porque, finalmente, la emoción es transitoria y si actuamos y le
hacemos caso a la emoción que es transitoria, podemos tomar decisiones o decir
cosas cuyos resultados no van a ser transitorios sino permanentes. Entonces,
mucho cuidado con eso porque a veces la emoción es transitoria pero el daño es
permanente. Muy bien, tal vez la segunda clave sería identificar el ego e
identificar el ser.
Entonces, recordemos que siempre hay una parte de nosotros
que está intentando encontrar culpables y tratando de limpiarse de
responsabilidades. Entonces, en una discusión, en un conflicto, siempre hay una
parte que dice "es que él tiene la culpa" y ese casi siempre que
señala, que apunta los primeros, es el ego. Entonces, siempre tratamos como, es
decir, y es una cosa muy común entre nosotros dos, cuando estamos discutiendo
tenemos un conflicto, yo le digo "mi amor" o él me lo dice a mí,
"estás hablando desde el ego". Es muy lindo cuando uno descubre esa
clave de cuando hay un problema y descubrir cuándo está hablando el ego y
cuándo está hablando el ser, uno desarma de una, es el conflicto, lo trasciende
rápido.
El ego tiene una cara porque seguramente se pregunta
"¿cómo hago para saber cuándo es el ego y cuándo es el ser?". El ego
tiene una característica muy interesante y es que el ego no puede observar al
otro con inocencia y con benevolencia. Entonces, por ejemplo, si mi esposo hace
algo que a mí me molesta, el ego piensa "claro, te lo está haciendo a ti
porque eres una boba o porque no te valora o porque quiere mandarte y quiere
que tú te sometas", o sea, el ego al ego nunca se le ocurre pensar desde
una posición inocente y buena. Es como "no lo hizo con la intención de lastimarte,
lo hizo desprevenidamente, a lo mejor sus motivos nada tenían que ver
contigo". El ego se lo toma todo personal. Entonces, siempre el ego siente
amenaza y siente que el otro está actuando para herirte, y el ser no. El ser
observa siempre la bondad en el otro.
Entonces, cuando tenemos un desacuerdo y observa, yo observo
que él lo hizo con inocencia, que es lo mejor que pudo haber hecho, que su
intención no era herirme, automáticamente entra al ser y sale el ego. Y tal vez
la tercera clave que podemos darles es: recuerden que ustedes están en el mismo
bando, o sea, son una pareja, son un equipo. En un conflicto no puede ser una
rivalidad donde uno de los dos tenga que ganar porque eso casi siempre pasa o que me pasa a mí en las relaciones pasadas, cuando yo sentía ese fresquito de "bueno, si tengo la razón, gané". Y no, eso no. Estamos en el mismo
equipo y es así cuando uno se sienta a hablar de un conflicto con el objetivo
de ganar, ya perdió. Perdió la relación de pareja, ya puede que gane tu ego
porque se lleva un punto, pero la pareja ya perdió porque el objetivo de los
miembros de la pareja cuando se sientan a hablar tiene que ser uno. ¿Cuál es el
objetivo, mi amor, cuando uno se sienta en un conflicto a hablar con el otro?
Hacer cuál es el núcleo de la discusión, exactamente.
El objetivo es que seamos conscientes de lo que ocasiona y logremos que al
final la relación sobreviva. El objetivo del conflicto no es que ninguno de los
dos gane, el objetivo es que se dé el resultado que más convenga a la red, no a
ti, o a mí. Entonces, si tenemos un conflicto, estamos discutiendo.
Al final, Andrés me hace ser consciente, o me ayuda a ser
consciente, de que yo estaba equivocada. Mi ego puede decir "ganó él y yo
perdí", pero en realidad nadie gana cuando los dos tienen el mismo objetivo y
se soluciona el conflicto. Y ninguno de los dos pierde porque el punto lo pudo
haber tenido, entre comillas, Andrés, pero yo gane, ¿por qué? Pues porque
solucionamos el conflicto, que era el objetivo que los dos teníamos.
Entonces, cuando se transforma el objetivo de la discusión,
que no es sacarme la espinita, o quedar empatados, o vengarme, o ganar, no.
Cuando logramos los dos estar de acuerdo en que queremos resolver la relación,
la situación, en beneficio de la relación, siempre se gana. Cuando llegas a
esas discusiones con amor, con conciencia, siempre, siempre van a salir bien.
Siempre, si las llevas con competencia, con rabia, no nos resulta bien, o sea,
es un desastre.
Entonces, yo creo que trascender eso lo antes posible, con
amor y con conciencia, es una clave importantísima para la relación. Algo muy
lindo es que, en esta tercera clave, es que mucho cuidado si en la relación de
ustedes siempre es uno el que intenta solucionar el conflicto, es decir, como
que siempre es uno el que da el primer paso, porque ahí hay mucho ego. Cuando
los dos están en el mismo bando, cualquiera de los dos puede decir "venza,
después vamos a solucionarlo", y yo creo que nosotros nos funcionamos muy
bien.
Muy bien, entonces siempre a los dos, no importa, no es que
yo siempre intento solucionar las cosas, o siempre soy yo el que digo que tengo
que hablar, no. Si los dos tienen el mismo objetivo, cualquiera de los dos
puede tomar la iniciativa para solucionar, y de pronto ya después se vuelve tan
amoroso que uno quiere solucionar primero el problema porque se siente muy
bien.
Esto que mi esposo dice es muy lindo porque el ego te lleva,
cuando estás actuando en la clave número 2, desde el ego, cuando tú quieres dar
el primer paso, y luego te dice "no seas bobo, siempre tú solo te van a
ver la cara de débil", eso es el ego. El ser entiende, no importa eso,
para mí es perfectamente imperfecto. No, no, no existe la pareja perfecta, la
pareja que nunca discute o que nunca tiene una diferencia, una discrepancia,
no, eso es irreal, absolutamente irreal. Pero sí pueden ser una pareja sana a
pesar de tener conflictos, porque son dos seres humanos diferentes con
historias diferentes. Entonces, sí puede existir un conflicto y ser una
relación hermosa, bonita, en paz.
Para nada, no antes. Yo creo que, si de pronto sigue esa
emoción con contaminación de ego, entonces es más bien uno le dice a la pareja
"no sabes que yo me voy a calmar, mañana hablamos", y te vas a la
cama. Y al otro día, más calmado, pues puedes hablar con más tranquilidad, creo
yo. No, claro, es un mito eso de que tenemos que hablar y solucionarlo hoy,
porque si no, has cumplido con los dos primeros pasos, limpiar tu emoción,
identificar tu ego, elegir actuar desde el ser. Solo por el hecho de que no podemos
acostarnos bravos, puedes cometer un gran error y forzar a las personas a
resolver el conflicto ya. Entonces, a veces es mejor decir "sabes que
estoy muy molesto y te amo, buenas noches, mañana hablamos", exacto.
Otra cosa también es que hay que respetar los tiempos del
otro porque muchas veces el otro no está en capacidad de hablar eso. Entonces,
"mi amor, quiero hablar", entonces el otro te dice "no, yo en
este momento no quiero hablar", y tuya es un drama. Se trata de que no, si
es que ya, entonces tu novio, entonces te vas pensando "si no quiso hablar
conmigo es porque no quiere solucionar el problema o porque yo no soy
importante". Y puede que no sea eso, pues que la otra persona esté en ese
momento todavía interiorizando la situación, exacto. Entonces, hay que
respetar, por supuesto, tampoco dejar que pasen semanas, pero sí hablar con
amor.
Y así, el cariño, en este momento, no estoy bien, dame un
poco de tiempo, necesito estar solo, y luego lo hablamos. Ahora, el que dice
que no es el que después tiene que ir a buscarlo, así que hablemos, esto me
dices "no", sí, exacto, yo mañana, de mañana hablábamos, y yo sí está
claro, obviamente yo al otro tema que voy a decir bien ahora sí, hablemos,
porque si no, entonces sí, sí, sí haciendo uno solo, como intentando resolver
la situación. La idea es que los dos en actitud abierta, y yo les diría que tal
vez es un error que yo cometí al comienzo de nuestra relación, y es juzgar o
tratar de cargar a tu nueva pareja o a tu pareja actual por tus historias del pasado.
Es como medir las situaciones con la misma vara, es como en
el pasado me ocurrió, y entonces ya estoy prevenido y te responsabilizo
a ti. Es como si te condenara antes del juicio o se haya culpable por sospecha
y entonces pretende limpiar mucho su relación que sus experiencias pasadas le
sirvan y si van a ir al pasado, pero para mirarse a ustedes mismos, reconocer
que pueden hacer mejor, pero no para llenar a la nueva persona que está en su
vida o a su relación actual de un montón de información de sus experiencias
pasadas porque no es justo. Pues, una clave que yo les quiero dar, que me ha
funcionado mucho, es conocer las heridas de tu pareja y hablar mucho sobre su
niñez, sobre qué te pasó en tu juventud, que te pasó en tu otra relación, porque
hay veces que el ego te hace darle más duro donde a él más le duele, ahí se va a
ser mucho más grande el problema.
Y siempre cuida de no lastimar a tu pareja, nunca
olviden que la relación de pareja es un proceso para sanar y para crecer. Pero
tampoco podemos hacernos responsables de la sanación de nuestra pareja, es
decir, nuestro papel ahí es estar acompañando al otro y, como dice mi esposo,
mirar al otro con inocencia, con su historia, comprenderlo y entenderlo, pero
no hacerme responsable, porque a veces el pobrecito sufrió mucho. Entonces no
estás para rescatar absolutamente a nadie. Pero si comprender la historia del otro
te ayuda a verlo con amor, con compasión, con comprensión, a ser mucho más
tolerante, mucho más amoroso, sin que tú tengas que creer que al pobrecito
entonces yo te voy a sacar de ese vacío. Entonces, ponerse en el papel del otro
sí, para entender los conflictos y callar el ego y solucionarlo, pero siempre
recordando que finalmente la responsabilidad de crecer y de sanar es de cada uno.